Contribuyentes

jueves, 5 de diciembre de 2013

Crónicas aguardientes (5-12-13)

Buenos días, estimado Diego, compañeros de producción en estudio.
Gracias por invitarme y  alentarme a compartir este espacio con Uds.,  y  con los inefables oyentes de Radio Sarandí, que son el pilar fundamental en el que se apoya la comunicación interactiva del nuevo milenio.
Me presento: Mi nombre es Lucía Angélica Folino, soy abogada, docente, y como todos los que perseguimos un sueño, soy  amante de la Palabra oral y escrita, como la principal herramienta  que estamos obligados a cultivar, porque Dios es Amor y Dios es Palabra, cualquiera sea la religión o creencia que te inspire, estamos ligados a través de lo divino, con hilos invisibles. Como un wifi de Dios, por decirlo en términos que puedan comprender los más chiquitos, que manejan las nuevas tecnologías mejor que los mayores.
Nací en Sarandí, Avellaneda. Aquí nacieron mis padres, mi hijo Andrés, mis hermanas, amigos,  vecinos y representantes populares de los cuatro poderes de la República: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y el poder no mencionado pero omnipresente y fundamental como contralor ciudadano: la Prensa libre.
Si bien es cierto que como dice un viejo adagio: “Quien pinta su aldea pinta el mundo”,  me gusta denominar a mi ciudad  como “Cuna de la liberación”, porque es un hervidero en su diversidad política, cultural, deportiva,  social, y su apoyo al arte que tienen una impronta tan fuerte que trasciende el ámbito local. Cuando el eje Nacional se despista  y sale de su carril natural, ahí estamos nosotros, los avellanedenses, como un faro que ilumina en la oscura complejidad que nos toca vivir. Destino, voluntad o karma, ahí vamos.
La bandera que nos gusta levantar es la de los corazones independientes: decir lo que pensamos con educación y respeto. 
Cuando la indignación se expresa con una lírica propia de los poetas multiplica sus efectos y pone a parir a quienes en claro abuso de poder, pretenden imponernos una estructura de pensamiento único y hegemónico. Y como, suelo decir: quien lee o escucha poesía tiene un alma de poeta, aunque no se haya tomado el tiempo de pensarse como tal. 
Si no hay poesía no hay ideales, no hay utopías, no hay paz. Vamos a  meditar sobre cuestiones que el mercado de la celeridad impone por  “miedo al zapping” y que  no deja lugar en los medios tradicionales, oficialistas o comerciales, al disenso. Esto sin perjuicio, de que poco a poco, cuando admiten que hay público para contenidos profundos, los pícaros productores se apropian de lo que ellos nunca sospecharon y terminan convirtiendo en moneda circulante para sus fines proselitistas el puro oro de la espontaneidad de los pueblos.
¿Por qué nos apasiona la Política?
Se repitió hasta el cansancio, pero nunca está demás traerlo a colación: El hombre es, por naturaleza,  es un zoon politikon: Un animal político y social, dijo Aristóteles.
Hoy mucha gente se jacta de su educación básica, habla por clisé, sin esmero ni valorización del esfuerzo y compromiso propio,  y suele enfatizar con total impunidad de réplica: “A mí no me interesa la política. Los políticos son todos corruptos” y campechanos como son, se quedan lo más tranquilos tras haber negado su condición humana.
Nos sentimos tentados de preguntarles: ¿no hay jugadores de fútbol, periodistas, médicos, administrativos,  jueces, empleados de organizaciones lícitas o ilícitas, estudiantes, modelos, conductores de televisión, remiseros,  abogados, comerciantes, actores, dirigentes sindicales o de clubes deportivos, por citar unos escasos ejemplos… que sean corruptos? Y, que de alguno podamos probar –porque la culpabilidad no se presume- que hayan degradado su ética ciudadana,
con prácticas mercenarias, ¿nos permite inferir que todos los que ejercen la misma actividad lo sean?

Corrupción significa deterioro, decadencia, podredumbre.
Según la acepción jurídica de la RAE: “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”.
Empecemos de una buena vez a separar la paja del trigo. 
Estas prácticas cuando configuran delitos tipificados deben tener una penalidad. Deben ser sancionadas.
Y ya que cité a Aristóteles, digamos que fue él quien también definió lo que Platón enseñaba en su  Academia: “La Política es una ciencia y es un arte, unidos por el nexo prudencial”.
¿Y qué entendemos por  Prudencia?
La palabra viene del latín  prudentĭa, dado que fue el Imperio Romano quien se concentró en el estudio del Derecho, la lógica jurídica y la deontología de las Normas (su deber ser esencial).
Según su primera acepción, prudencia es sinónimo de templanza, cautela, moderación, sensatez, buen juicio.
En Religión hablamos de ella como una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello.
La meta que anhelamos es caminar juntos este sendero que nos lleve a comprender el verdadero sentido de la liberación, el Nuevo Orden Mundial,  la soberanía, la autonomía federalista en estos  tiempos mal percibidos como de  crisis  global.  Sin crisis no hay extrañamiento. No hay voluntad de cambio. Desaparece el espíritu de superación de la sociedad en su conjunto, se adormece el ingenio y se reactivan las miserias morales que preceden a las económicas, que son las que en última y primera instancia más nos preocupan cuando tenemos que pagar la cuenta del súper.
Tenemos que establecer que temas son materia de Ciencia Política y qué cosas,  pese que se traten de comportamientos sociales avalados por los usos y costumbres, no lo son.
L a Política es la ciencia de las ciencias.  Junto con la Ética, son dos ramas fundantes, fundamentales de la FILOSOFÍA (cuya etimología viene del griego y quiere decir:  AMOR A LA SABIDURÍA).
¿Cómo se puede demostrar ese amor?  De muchas maneras, a través del  LENGUAJE, la  ACCIÓN, el EJEMPLO, la TRANSMISIÓN DE LOS CONOCIMIENTOS POR LA  EDUCACIÓN O LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL, LA VALORACIÓN DE LO PÚBLICO, EL  CONTROL DE  LAS GESTIONES BUROCRÁTICAS, LA CONDENA A LA CRIMINALIDAD IMPUNE, LA RESISTENCIA SOSTENIBLE CONTRA LA MENTIRA REINANTE DEL DISCURSO HEGEMÓNICO. Ese vocablo tan de moda, que gusta usarse en los medios nacionales.
No queremos estar cronificando un relato histórico antojadizo  sino que intentamos  reivindicar juntos un arte mayor con el objeto de recuperar los auténticos valores fundacionales de una sociedad  desencantada.
Por último,  les propongo que juntos titulemos estas crónicas aguardientes,  para identificarnos, como es habitual en la gráfica moderna de las redes.
La opción será entre estos nombres:
1)            Premio Consuelo.
2)            Enfundá la mandolina
3)            Dolor de garganta.
Son éstas las denominaciones que elegí en internet para mis blogs de poesía, comentarios, sitios de comunidad, donde poder expresar aquello que los sucesivos gobiernos describen como “de eso no se habla”.
Queda en Uds., entonces, la decisión final.
Se admiten sugerencias.



Recuerden darnos su opinión sobre cual debería ser el título de la columna: PREMIO CONSUELO, ENFUNDÁ LA MANDOLINA O DOLOR DE GARGANTA.

Están  todos invitados a la fiesta de la participación.










Presentado en Radio Sarandí (Todo es Política): FM 96.5 13.50 hs.

fmsarandi.blogspot.com